Abogado de Ovidio acusa a Sheinbaum; estalla crisis política

Una crisis política y diplomática ha estallado entre México y figuras judiciales de Estados Unidos. El abogado de Ovidio Guzmán, Jeffrey Lichtman, lanzó un duro ataque contra la presidenta Claudia Sheinbaum, calificando a su gobierno de «corrupto», lo que provocó una respuesta contundente: una demanda por difamación.
La arena política mexicana se ha visto sacudida por una guerra de declaraciones de alto calibre que amenaza con tensar las relaciones con Estados Unidos. Jeffrey Lichtman, el conocido abogado de Ovidio Guzmán, arremetió directamente contra la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno, desatando una tormenta mediática y una respuesta legal sin precedentes desde Palacio Nacional.
El conflicto escaló después de que Lichtman, en respuesta a críticas de Sheinbaum sobre el proceso legal de su cliente en EE.UU., calificara de «hipócritas» los comentarios de la mandataria y describiera al gobierno mexicano como «corrupto».
Para sustentar sus acusaciones y evidenciar lo que él considera una falta de fiabilidad del sistema judicial mexicano, Lichtman trajo a colación el polémico caso del General Salvador Cienfuegos. Recordó cómo el exsecretario de la Defensa fue devuelto a México por Estados Unidos para ser juzgado, solo para ser «exonerado de inmediato», un hecho que, según el abogado, demuestra por qué Washington no puede confiar en la cooperación mexicana.
«La idea de que el Gobierno de Estados Unidos incluyera al de México en alguna negociación o decisión es absurda», declaró Lichtman, sentando las bases de una narrativa de desconfianza profunda entre ambas naciones.
La reacción del gobierno mexicano fue inmediata y enérgica. La presidenta Claudia Sheinbaum calificó las declaraciones de Lichtman como «irrespetuosas totalmente de la institución presidencial» y anunció que la Consejería Jurídica de la Presidencia interpondría una demanda por difamación.
«Nosotros no establecemos relaciones de contubernio ni complicidad con nadie, eso lo sabe el pueblo de México», afirmó la presidenta durante su conferencia matutina, buscando defender la soberanía y la autoridad moral de su gobierno.
Este enfrentamiento no es un simple intercambio de insultos; es una batalla estratégica con profundas implicaciones. El contexto es clave: Ovidio Guzmán ha dejado la prisión de Chicago tras llegar a un acuerdo de culpabilidad con las autoridades estadounidenses. Este tipo de acuerdos a menudo implican la cooperación del acusado, quien proporciona información valiosa a cambio de una sentencia reducida.
El nerviosismo y la contundencia de la respuesta del gobierno mexicano han sido interpretados por analistas como una medida preventiva ante el temor de lo que Ovidio Guzmán pueda revelar. La pregunta que queda en el aire y que mantiene en vilo a la clase política es: ¿Qué sabe Ovidio que podría implicar a altos funcionarios de administraciones pasadas o incluso de la actual? El caso se ha convertido en una potencial «caja de Pandora» que podría sacudir los cimientos del poder en México.
La Verdad Yucatán