Autismo y esquizofrenia: Se estudia un tratamiento para prevenirlos.

Unas gotas nasales de oxitocina, administradas desde el nacimiento durante una semana, podrían ser suficientes para prevenir afecciones como el autismo, la esquizofrenia y el TDAH. De hecho, la oxitocina, también conocida como la hormona del parto porque estimula las contracciones uterinas y promueve la lactancia materna, puede reparar defectos en la barrera hematoencefálica, la barrera que protege al cerebro contra sustancias nocivas, la cual se ve afectada en algunos trastornos psiquiátricos y del neurodesarrollo. Así lo revela un estudio internacional del Instituto Italiano de Tecnología (IIT) y el IRCCS Ospedale Policlinico San Martino e di Genova, coordinado por Francesco Papaleo, director del grupo de investigación Genética de la Cognición, con el apoyo de la Fundación Teletón, y publicado recientemente en la revista Brain.
Las investigaciones han demostrado que, tras el tratamiento con oxitocina, los déficits cognitivo-conductuales y del sistema inmunitario mejoran en el síndrome de DiGeorge, un trastorno genético poco común causado por la ausencia de un segmento del cromosoma 22q11.2 y caracterizado por trastornos psiquiátricos y del neurodesarrollo. Estas mejoras, causadas por la oxitocina, se deben a la reparación de defectos en la barrera hematoencefálica.
El síndrome de DiGeorge, que afecta hasta a uno de cada mil recién nacidos, se asocia con anomalías del sistema inmunitario y un espectro de discapacidades sociales e intelectuales. En particular, a estos niños se les suele diagnosticar trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastorno del espectro autista durante la infancia, y esquizofrenia en la edad adulta. En nuestro estudio —explica Papaleo, coordinador de la investigación—, demostramos que en pacientes afectados por este síndrome, la mayor permeabilidad de la barrera hematoencefálica, la estructura de defensa del cerebro, es responsable de alteraciones en el sistema inmunitario y el comportamiento. Esto se debe a una reducción de la proteína Claudin-5, explica Giulia Castellani, coautora del estudio e investigadora del Instituto Italiano de Tecnología y del Hospital Policlínico San Martino. «Esta proteína es responsable de las uniones en cremallera que garantizan un cierre más eficaz de la barrera, que, como una 'puerta', puede seleccionar qué sustancias pueden entrar en el sistema nervioso. Sin embargo, cuando es deficiente, el sello de la cremallera de la barrera se afloja, permitiendo la infiltración de moléculas dañinas para el sistema nervioso».
Para comprender cómo corregir estos defectos, explican Papaleo y Castellani, «utilizamos ratones con síndrome de DiGeorge tratados con una dosis diaria de gotas nasales de oxitocina durante una semana después del nacimiento. En los modelos animales que recibieron esta administración, después de 35 días —una etapa de desarrollo en ratones equivalente a la adolescencia humana— observamos que la intervención con oxitocina redujo los trastornos cognitivo-conductuales y mejoró el equilibrio del sistema inmunitario, tanto a nivel cerebral como periférico, con efectos duraderos». Estos resultados, concluyen los investigadores, «demuestran que la intervención preventiva, segura y no invasiva con oxitocina al nacer podría alterar el desarrollo neurológico a lo largo de la vida en el síndrome de DiGeorge y, potencialmente, en muchos otros trastornos del desarrollo neurológico con defectos en la barrera hematoencefálica».
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