¿Qué es la sexualidad positiva? El conocimiento es la clave para un mayor placer.

En este sentido, la educación sexual desde la infancia se considera la base para construir una relación sana con el cuerpo. Con información, diálogo y un espacio para escuchar, es posible deconstruir ideas limitantes y abrir espacio a nuevas posibilidades, incluyendo el reconocimiento del cuerpo como fuente de sensaciones, placer y autonomía.

Placer, salud y autoconocimiento

Hablar de sexualidad implica considerar el panorama completo: aspectos emocionales, hábitos de vida, cultura e incluso el entorno en el que vive una persona. En las consultas ginecológicas, por ejemplo, no es raro que las quejas sexuales sirvan de punto de partida para un viaje más amplio de autodescubrimiento, del que muchas mujeres salen con más preguntas que respuestas. La búsqueda del placer también se convierte en una búsqueda para comprenderse a sí mismas.

Comprender los tipos de estimulación, límites y preferencias nos ayuda a superar la pasividad en nuestra propia experiencia sexual. Cuando esta etapa de la sexualidad se experimenta plenamente, contamos con un repertorio más amplio para establecer relaciones más sanas, placenteras y consensuadas.

Además, las mujeres que exploran su propio placer tienden a tener una mayor conciencia corporal, lo que beneficia tanto su autoestima como su vida sexual. Esta conexión con una misma también influye en el bienestar general, ya que ejercitar la sexualidad (bailar, crear, tocar o tener relaciones sexuales) estimula la liberación de hormonas relacionadas con la felicidad.

Fuentes entrevistadas: Gabriela Mendes, ginecóloga y obstetra especialista en atención humanizada; Mariana Stock, psicoanalista; y Sheylli Caleffi, activista por la erradicación de la violencia sexual y defensora de la sexualidad positiva.